QBE


Bajo el techo que se proyecta por encima de la entrada hay cinco esbeltas columnas que se levantan sobre un espejo de agua. Una amplia plaza se erige por delante de esta fuente y del edificio, elevándolo varios escalones. El perímetro soporta un talud de grama y los estacionamientos se colocaron en la parte posterior de la edificación, con lo cual se constituyó un ingreso privado adicional. El interior del edificio ofrece un gran espacio de triple altura que permite la integración de las áreas adyacentes y una espectacular vista al mar y a la imponente silueta de la ciudad. Los materiales utilizados complementan el lenguaje de la arquitectura, destacando la solidez o liviandad de cada una de las superficies.


Otros Proyectos